Soliamos despertar para ver si ya no era lunes.
martes, 23 de noviembre de 2010
miércoles, 3 de noviembre de 2010
Houston no tenemos ni UN problema.
Me gusta cuando la luz se va y nos deja,
y tus ojos que brillan en la oscuridad
como gatos pequeños acechan mis labios.
Me gusta el cielo negro porque llora
y se pone de malas y guarda su odio y nos devuelve
esto que llamamos noche y es hermoso,
me gusta saber que moriré porque pensarme
aquí, en la esquina esperando el camión,
en la mesa oliendo la comida, todo eso me desespera.
Me gusta la televisión y mi madre
acostada en un sillón
sin preocupaciones con los pies en el aire y las novelas
en los ojos.
Yo hoy no tengo problemas porque
vivir es una opción que
siempre se puede negar.
martes, 2 de noviembre de 2010
Peregrino.
A veces no me reconozco,
ni la figura rota del espejo
o la letra de la niña de seis años
que temia dejar la puerta abierta a los conocidos,
esos conocidos en quienes
no se confia y se teme,
a veces no me reconozco
ni mi voz diciendo: no puedo
contestar por el momento
y me dejo un mensaje
que en voz muy baja dice:
hablame para recordar nuestra voz.
Y también olvido los besos,
y mi propio cuerpo abrazado
al tuyo, en una sabana de ilusiones
que nos cubre cuando no sale el sol,
ni mis manos recorriendo esa espalda
que -aunque no sea yo la que la toca-
siempre reconozco.
A veces no me reconozco
y es mejor así, porque vivir conmigo
sería el infierno y la podredumbre.
A veces no me reconozco,
ni la figura rota del espejo
o la letra de la niña de seis años
que temia dejar la puerta abierta a los conocidos,
esos conocidos en quienes
no se confia y se teme,
a veces no me reconozco
ni mi voz diciendo: no puedo
contestar por el momento
y me dejo un mensaje
que en voz muy baja dice:
hablame para recordar nuestra voz.
Y también olvido los besos,
y mi propio cuerpo abrazado
al tuyo, en una sabana de ilusiones
que nos cubre cuando no sale el sol,
ni mis manos recorriendo esa espalda
que -aunque no sea yo la que la toca-
siempre reconozco.
A veces no me reconozco
y es mejor así, porque vivir conmigo
sería el infierno y la podredumbre.
Bonito poema para un guitarrista.
Yo no sé tocar,
nunca lo hago porque el viento cimbra y rompe
los árboles que acompañan mi casa,
yo no sé tocar porque la música
tiene ese no sé que de la tristeza
del amor
de la vida
y del desafio de no
porque la música esta en un ring con
el silencio
y afortunadamente -en este cuarto- siempre gana.
Yo no sé tocar,
nunca lo hago porque el viento cimbra y rompe
los árboles que acompañan mi casa,
yo no sé tocar porque la música
tiene ese no sé que de la tristeza
del amor
de la vida
y del desafio de no
porque la música esta en un ring con
el silencio
y afortunadamente -en este cuarto- siempre gana.
lunes, 1 de noviembre de 2010
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