Soliamos despertar para ver si ya no era lunes.

miércoles, 8 de junio de 2011

Carlos tiene un balón


y en su balón un mundo pequeño


que le pide a gritos libertad.





Carlos tiene las venas secas


y los ojos negros,


tiene en su cabeza un desierto


que hace más pesado el camino al medio día,





la mamá de Carlos también llora,


igual que él cuando


pequeños dinosaurios muerden sus brazos


y dejan ahí un millón de puntos a unir,





Carlos quisiera que ese mundo del balón


lo atrapara y lo llevara con ellos


y entonces no tener miedo,


ni dolor,


no tener madre o


cabello


o soledad...
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He muerto y renacido tantas veces,

todas a causa del mismo fantasma

que estropea mi exterior y arrumba

mis esperanzas,


la poesía es así:

un mounstro que necesitas para sentir el miedo,

un dolor de cabeza que te obliga a seguir con el día,



la poesía es así, porque no la puedo interpretar de otra forma,

porque no tengo el menor sentido de razón,

porque no me contengo y cada

que necesito estallo contra el papel

o contra las teclas, que mis dedos conocen como

una amante viejisima que inunda mis venas,


no tengo miedo de morir, así,

aquí, con ella o en soledad,


la poesía es así.