A Caer
Eh soñado que entramos a un campo
extenso con suaves aires de nubes que tocan nuestros pies,
eh soñado que olemos nuestras manos
después de cortar un par de flores
y que abrazamos nuestros cuerpos cuando
el silencio se apodera de una tarde maravillosa
la existencia del mundo no radica
en lo que sienten nuestras manos, si no
en lo que siente nuestro corazón.
Y aún en la lejania de nuestros
cuerpo, yo siempre estoy contigo.
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