A veces te quiero y mis manos tiemblan
(cuando al otro lado de la ventana)
conversas esperando que yo diga la primera
palabra de amor del día,
(cuando al otro lado de la ventana)
conversas esperando que yo diga la primera
palabra de amor del día,
y luego tus besos, tus manos,
el pasto y mis manos recorriendo tu espalda,
tu pecho contra el mío,
y nuestros labios que bailan y juegan y se pierden
por horas y horas,
y se secan...
Y el pavimento que nos arrastra,
la distancia que juega a ser el tercero en discordia,
tu amistad con mi soledad y mi desacuerdo
con tu encaprichada necedad de no ser uno,
de pensar y planear,
de armar el rompecabezas antes de entrar a la caja
y formar parte de las fichas nuevas,
ser una oferta del amor
y construir un país en tu memoria,
tú que estas aquí y quieres caminar al revez,
esperando que no te deje tropezar.
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