Soliamos despertar para ver si ya no era lunes.

martes, 4 de enero de 2011

Evaporarme silenciosamente, convertir el llanto
en pedazos de estropajo que sirvan para lavar la espalda
rasposa de mi abuela, mi madre no extrañará mi voz
porque en mi canto nunca hubo nada de importante
ni misericordioso, yo no salvaré a mi familia
del fin del mundo.

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