Soliamos despertar para ver si ya no era lunes.

domingo, 14 de febrero de 2010

Un día -dices cruzando
las piernas- sobreviviremos
a la devastación,
seremos tú y yo en un
lugar abierto,
en los campos y sobre el cesped,
un día -convencido de que
es mentira- ensuciaremos las manos
de sangre, para poder
curar las heridas que tiene tu corazón...

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