Resbalando de mis dedos
mordias el silencio que te
estaba regalando,
qué tal que comemos
nuestros sueños mientras
los hombres naturales
se convierten en un pantano,
en la losa verde que te gusta
pisar,
en las casa largas y conjuntas,
en los cereales con leche
fría...
Qué tal que dejamos
al mundo vivir, mientras
nos besamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Configurandonos...