Hay un poeta que escribe
-coger, cogerte hoy, mañana, siempre,
uña rota,
bolsa amargamente afable,
soy un aro rodando en una caja de cereal,
mañana, cuando en la suciedad
del basurero en el que habito hagan limpieza-

hay un poeta que persigue mis sueños,
y sufre con las letras barbaras que escribo,

y llora desafanado de tener que verme

y entonces dice: Desaparecere, me volcare
en la carretera para no saberte nunca,
para no escuchar tus platicas laboriosas
tus mandatos sin objeto,

para no tener que volverte a besar.