Soliamos despertar para ver si ya no era lunes.

domingo, 15 de agosto de 2010

Me acontece el silencio,
la estria que entorpecio nuestra felicidad.

Me acontece saberte vivo,
besando los senos desnudos
de una niña de quince
de una doctora graduada
que convierta la felicidad en sábados de comida rápida
y labores de hogar.

Y así acontenciedome de ti muero en la mesa
de esquina de un bar barato
y de besos sin amor,
de sueños delgados que huelen a ti
y a esa estria que destruyo nuestro destino infeliz.

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