Te fuiste dejando una rama que pica mis días,
me dejaste sangrando de un costado,
yo no sufri,
no lloré,
no pense en volver a verte,
porque tus ojos blancos me decian
que pronto llegaría el momento
de volver a besar tus labios.
No te olvide, pero dejé a tu cuerpo
dormir entre la tierra,
y me prepare para llegar al cuarto
de lodo y gusanos.
No tardaré.
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